Descarbonización de la cadena de suministro en Colombia: retos, formación y oportunidades

Tabla de Contenidos
- Un reto climático con rostro logístico
- La supply chain colombiana ante la transición energética
- Formación: el gran catalizador del cambio
- Panorama de la educación en logística sostenible en Colombia
- Casos prácticos y alianzas estratégicas
- Consultoras: soporte para la transición verde
- Última milla, zonas urbanas y hubs compartidos
- Formar para transformar
Un reto climático con rostro logístico
En Colombia, el sector del transporte y la logística es responsable de aproximadamente el 12 % de las emisiones totales de gases de efecto invernadero (GEI), según el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM) y el Ministerio de Ambiente. Esta cifra coloca a la cadena de suministro en el centro de la discusión sobre la transición ecológica del país.
Con el crecimiento del comercio electrónico, la expansión urbana y el desarrollo de corredores intermodales, la urgencia de descarbonizar la logística nacional no es solo una meta ambiental, sino una prioridad estratégica para cumplir los compromisos del Acuerdo de París. No basta con cambiar flotas: el desafío real es repensar toda la lógica de abastecimiento, distribución y evaluación de proveedores bajo criterios sostenibles y medibles.
La supply chain colombiana ante la transición energética
La descarbonización no se limita a reemplazar camiones diésel por vehículos eléctricos. Implica rediseñar rutas, optimizar centros de consolidación, reducir embalajes y fomentar relaciones sostenibles con proveedores.
Colombia enfrenta obstáculos particulares: su geografía compleja, la limitada infraestructura de recarga eléctrica y la falta de financiamiento accesible para pequeñas y medianas empresas. Aunque el país avanza en incentivos fiscales y en planes como la Política Nacional Logística Intermodal, la adopción de tecnologías limpias sigue siendo baja.
Formación: el gran catalizador del cambio
Uno de los mayores cuellos de botella es la falta de formación especializada. Operarios, mandos intermedios e incluso directivos desconocen conceptos como medición de huella de carbono, alcance 3 o logística verde. Las decisiones continúan basándose en costos por kilómetro, sin considerar el impacto ambiental.
Para que la sostenibilidad sea parte del ADN del sector, es urgente rediseñar programas universitarios, técnicos y corporativos, integrando competencias en eficiencia energética, normativas internacionales (ISO 14001, ISO 14083), economía circular y herramientas como calculadoras de emisiones o ruteo ecológico.
Panorama de la educación en logística sostenible en Colombia
La oferta académica es incipiente, pero hay avances relevantes:
- Universidad del Rosario: Maestría en Logística y Cadena de Abastecimiento con módulos sobre sostenibilidad, energías renovables y eficiencia en transporte.
- Universidad Nacional de Colombia: Diplomados con líneas en logística verde, medición de impactos y simulación de escenarios de descarbonización.
- Universidad EAN: Programas enfocados en economía circular, compras responsables y análisis de huella de carbono.
- Universidad de La Sabana: Integración de ESG y sostenibilidad logística en MBA y programas ejecutivos.
Además, instituciones como el SENA ofrecen formación técnica en micrologística, distribución urbana limpia y mantenimiento de vehículos no contaminantes.
Casos prácticos y alianzas estratégicas
Algunas universidades ya implementan proyectos con empresas:
- Simulación de rutas sostenibles con operadores logísticos.
- Uso del GLEC Framework para medir emisiones.
- Talleres sobre embalajes sostenibles y logística inversa.
Estas experiencias demuestran que la educación aplicada acelera la transformación.
Consultoras: soporte para la transición verde
En ausencia de una cobertura académica completa, las consultoras han asumido un papel clave. Ofrecen capacitaciones en ecoeficiencia, talleres sobre tecnologías limpias y asesoría para diseñar estrategias de reducción de emisiones. También implementan software de trazabilidad y herramientas para medir impactos en tiempo real.
Última milla, zonas urbanas y hubs compartidos
Ciudades como Bogotá, Medellín y Cali enfrentan restricciones ambientales que obligan a replantear la distribución urbana. La logística de última milla se convierte en un desafío central.
Los hubs logísticos compartidos y las soluciones de micromovilidad (bicicletas de carga, vehículos eléctricos livianos) requieren personal capacitado en gestión colaborativa y trazabilidad digital.
Formar para transformar
La descarbonización de la cadena logística colombiana depende tanto de la innovación tecnológica como del desarrollo de talento. Sin una revolución educativa, será imposible cumplir los objetivos climáticos, optimizar costos y mantener la competitividad internacional.
El compromiso debe ser colectivo: universidades, centros técnicos, empresas y consultoras trabajando en conjunto para diseñar un ecosistema logístico que no solo transporte mercancías, sino que impulse un futuro sostenible.